AIMA prioriza la reagrupación familiar de menores
- Vivo Migrações
- 13 oct 2024
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La agencia precisa que las solicitudes se pueden realizar directamente en la plataforma específica y que los menores de 18 años deben encontrarse en suelo portugués. La programación se realizará automáticamente.
La reunificación familiar para inmigrantes que incluyen menores de edad se ha convertido en una prioridad para el gobierno de Portugal. Según la Agencia para la Integración, Migración y Asilo (AIMA), en una declaración al periódico PÚBLICO Brasil, la solicitud para el proceso de reunificación familiar que incluya niños y jóvenes de hasta 18 años debe hacerse a través de una plataforma digital dedicada a este fin. Es obligatorio que los menores estén comprobablemente en territorio portugués en el momento en que se realizó o se realice la solicitud.
Esta medida está en línea con los objetivos establecidos en el Plan de Acción para las Migraciones, aprobado por el Consejo de Ministros de Portugal el pasado junio. AIMA aclara que no es necesario hacer una llamada telefónica para agendar una cita, ya que todo el proceso es automático y seguirá un orden cronológico basado en el registro realizado en la plataforma. Para garantizar un análisis y una decisión más rápidos, es esencial que toda la información y documentos estén actualizados correctamente en la plataforma, facilitando así la correcta instrucción del proceso.
Fábio Knauer, de la Alianza Portuguesa, afirma que la modernización de los sistemas tecnológicos y el uso eficiente de plataformas digitales son cruciales para desbloquear los casi 400 mil procesos de inmigrantes pendientes en la AIMA. Enfatiza que la inversión del gobierno portugués en tecnología, la externalización de servicios y la emisión de visados de reunificación familiar en los países de origen de los inmigrantes son medidas esenciales para resolver este problema.
Knauer cree que para los brasileños, quienes han sido favorecidos como inmigrantes preferenciales por el gobierno portugués, los permisos de residencia familiar deberían otorgarse mientras aún están en Brasil. Argumenta que esto evitaría que los familiares ingresen en la larga fila actual. “Con la ola de personas buscando visados, las solicitudes de familiares ya podrían resolverse mientras están en Brasil, evitando este cúmulo de procesos”, sugiere.
En cuanto a las citas, Knauer explica que quienes emigran a Portugal en busca de empleo tienen alrededor de cuatro meses para encontrar trabajo. Una vez que cumplen con los requisitos y consiguen empleo, pueden solicitar el permiso de residencia. Sin embargo, es en este punto donde surgen los problemas, ya que muchos inmigrantes, a pesar de tener empleo, no pueden traer a sus familias.
Las citas para estos procesos solo se hacen mediante agendamiento, lo que, según Knauer, podría ser más flexible para reducir las filas. Él argumenta que, en muchos casos, el personal de AIMA está disponible para citas, y una alternativa sería externalizar el análisis y la burocracia del proceso, dejando la decisión final en manos del personal gubernamental. Destaca que otorgar un permiso de residencia es una decisión muy seria y debe ser manejada por un funcionario interno.
Otro punto crítico señalado por Knauer es la falta de servicios tecnológicos avanzados. Menciona que el Instituto de Registros y Notariado (IRN) lanzó una nueva plataforma para el seguimiento de solicitudes de ciudadanía, pero el sistema tiene fallas, como cambios en la visualización de los procesos que confunden a los solicitantes. Él cree que el sistema anterior tenía muchas redundancias, pero al menos era más claro.
Knauer también critica la concentración de los procesos de reunificación familiar en grandes centros urbanos como Lisboa y Oporto, sugiriendo una distribución más equitativa por todo el país, lo que ayudaría a aliviar la presión en estos centros. Propone que las Lojas do Cidadão, ubicadas por todo el país, podrían incluir puestos de AIMA para ayudar en este servicio. Además, advierte sobre el impacto emocional que la larga espera puede tener en los inmigrantes, quienes a menudo se ven separados de sus familias por mucho más tiempo del planeado, lo que puede llevar a problemas como la soledad y la depresión.
La demora en el procesamiento de los casos de inmigración en Portugal también tiene un impacto económico, según Knauer. Él argumenta que muchos inmigrantes tienen el potencial de contribuir a la economía, creando empleos y moviendo el mercado, pero se les impide hacerlo debido a la falta de documentos. Enfatiza que los inmigrantes tienen vidas que no pueden dejarse en espera durante uno o dos años, y que esto representa una pérdida para la economía portuguesa, que podría beneficiarse de su participación activa.
Solo en la oficina de Knauer, más de 250 personas en Portugal están esperando permisos de residencia, 120 están en la fila de AIMA para la reunificación familiar y más de 400 están en Brasil esperando solicitar visados. Este gran volumen de personas a la espera de regularización representa un desafío significativo para la política de inmigración de Portugal.
Fonte: www.publico.pt
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